Entre El Honor Y El Deber

                                               


He tenido el placer de saborear la historia de este libro, que, cabe mencionar es la primera obra del autor. Me he sumergido en sus letras y jamás pensé obtener  la experiencia que viví al leerlo. Si bien dice su mismo autor, el libro tiene ciertos errores ortográficos y  de gramática. Esto debido a, me imagino, el presupuesto con el que contaba para poder hacer realidad este proyecto. Totalmente entendible que para los escritores nuevos debe ser difícil si no se cuenta o con el apoyo de una editora o en su caso contar con un presupuesto ajustado, por así decirlo.

Respecto al libro: La literatura es un placer, un gusto que muchas personas no entienden. En mi opinión, el que jamás ha leído un libro no sabe lo que es la imaginación. No tiene idea de lo exuberante que puede llegar a ser leer un buen libro.

En este libro encontré muchas cosas, aprendí bastante de la era de la esclavitud, en otras palabras entendí del tema en una manera más explícita. La presente obra está llena de emociones: zozobra, júbilo, angustia, nostalgia, felicidad, odio, adrenalina, pasión entre otras emociones, para no ser tan pesado.

El libro realmente logra transportarte a su época, plasmada en los escritos claro. Te hace ver y razonar sobre la injusticia que se vivía en aquellos tiempos. Donde por ser “negro” eras un objeto para las personas blancas. Al mismo tiempo te enseña a poder ver las cosas por las cuales vale la pena luchar, te pone en una situación en la cual uno mismo se pregunta ¿Lo que hago es por lo que me incliné pero, y si lo que hago no es correcto? ¿Y si estoy haciendo algo que no va con la moral ni la naturaleza del ser humano?

Entre El Honor Y El Deber te coloca en una situación la cual debes elegir qué es lo correcto y lo justo, sin ver más allá de lo que uno mismo pueda lucrarse. Incluye los personajes adecuados en sus faenas adecuadas para lograr sentir lo que, Javier Parham, su autor, nos quiere hacer sentir y entender. 

Lo felicito a él directamente por la imaginación  que tuvo para crear esta hermosa y emocionante historia. Lograr mezclar tantas emociones en ella. Desde respeto por la cansada lucha que don Gabriel de Salcedo, al intentar aplicar la abolición de la esclavitud en España,  hasta entender el odio que el Capitán Diego de Salcedo llego a sentir con sus compatriotas por el simple hecho de tratar a humanos como si fuesen animales o mercancía y por ver morir sus compañeros de Marina por defender este nefasto negocio manejado por la corona de España. Y a su vez mencionar la satisfacción que se sintió cuando el mismo capitán pudo salvar a su amada de la isla de Cuba cuando todo llego a su nunca imaginado final.

Sé que no incluyó mucho en estas palabras, hablando de la historia, simplemente hablo y criticó el trabajo del autor, que aunque repito tuvo bastantes errores por lo ya mencionado anteriormente, es unos de los libros más interesantes que he leído en cuanto a materia hondureña se trata.

Nuevamente felicito a Javier Parham por su arduo trabajo que, en lo personal, ha sido muy bien recibido, más aún siendo un trabajo de alguien que pertenece a esta bella ciudad de Tela. Y a su vez invito a aquellas personas que no han leído el ya mencionado libro, hacerlo con toda confianza. Encontrarán un mar de aventuras en el. 

Muy agradecido y satisfecho por la obra, mis más buenos y sinceros deseos.

Diego A. Bardales

EL VIEJO SABIO

abuelo-nietoEl niño que no llegó a conocer a su padre biológico como tal pero que no le hizo falta una figura paterna gracias a que su madre hizo el papel de mamá y papá. Pero también su abuelo fue la mayor figura paternal que pudo tener.

Ese viejo y maravilloso hombre, que en su pueblo ha sido una de las personas más populares debido a su honestidad, su bondad, su desbordante alegría capaz de hacer que las demás personas se contagien de la misma; con su infinidad de chistes y bromas. Ese viejo que tantas historias tiene en su ya cansada memoria, es la persona más fiel y amorosa que ese niño ahora convertido en hombre; ha podido conocer.

A su avanzada edad, el señor que todo mundo le conoce por ¨Don Toto¨ de figura gruesa y sana, de pelo blanco por el peso de sus años, de cachetes notables, es un hombre fuerte, abatido por la vida un par de ocasiones pero que con mucha perseverancia y sacrificio se ha levantado. El viejo Toto cada día se despierta junto con su esposa que también es una persona muy gentil, pero de carácter más fuerte a las 5:30AM para comenzar con las tareas diarias del hogar, con una sonrisa de oreja a oreja como popularmente se le dice a una gran sonrisa, se dispone a abrir las ventanas de lo que es su pequeño negocio. Una ¨pulpería¨ que ha estado al servicio de las personas que viven en barrio Lempira, ubicado al noreste de la ciudad de Tela por mas de 25 años, cabe mencionar que mucho tiempo antes de eso tubo un negocio en el centro de la ciudad en el cuál ofrecían lo que muchos teleños dicen ser: ¨las mejores enchiladas y los mejores tacos flautas de Tela¨.

Don Toto muy feliz pero ya algo cansado debido a los años, divaga su mente leyendo el periódico por la mañana tomando su tacita de café que con mucho amor su querida esposa Doña Fina prepara mientras escucha la misa de las 6:30AM por medio de una emisora local. El viejo de la sonrisa incansable comienza las labores haciendo un pequeño inventario para ver que cosas le hacen falta por comprar para poder ofrecerle a los vecinos que llegan a abastecerse de lo que necesitan para sus hogares.

El niño que durante 23 años ha visto la rutina de su viejo, hoy en día se pregunta si habrá un día en el que su abuelo y padre se tome el día libre ya que éste ni los domingos descansa. El joven se siente tan orgulloso y en muchas ocasiones agradece en silencio porque sabe que las muestras de cariño como los abrazos le incomodan un poco al señor del cabello blanco. Aún así de manera muy sutil y disimulada logra el objetivo y da su pequeña muestra de amor. Han sido tantas las cosas que Don Toto ha hecho por su hijo más pequeño que ni con la más grande fortuna del mundo se podría pagar.

El ahora joven de 23 años, recuerda como Don Toto lo llevaba a la escuela, disfrutaba tanto ese viaje de aproximadamente 7 minutos de camino. El viejo sabio siempre le aconsejaba que prestara mucha atención en las clases y le recordaba en que lugar lo iba a esperar a la hora de la salida. Justamente ese lugar era frente a la iglesia católica San Antonio de Padúa, sin temor a equivocarme respecto al nombre. Don Toto le esperaba con 10 minutos de anticipación, con una bolsa que contenía rebanadas de un delicioso mango, tan dulce como la miel. Preguntaba a su pequeño que tal habían estado las clases y tomaban la misma ruta hacia a casa, por el bulevar costero, pasando por donde antes era el Instituto Triunfo de la Cruz, doblando a mano derecha al lado del mercado municipal de Tela y haciendo una izquierda para subir por lo que le conocen el cerro del Hotel Maya Vista, para finalmente entrar a barrio Lempira y llegar a esa casa de esquina color azul turquesa donde les esperaban su abuela y su madre con los exquisitos alimentos que preparaban para que los 4 comieran en la mesa juntos.

Han sido tanto las cosas que le ha enseñado el señor de la sonrisa incansable a este joven de 23 años de edad, que a veces tiende a preguntarse si existe una posibilidad en esta vida de poder llegar a ser igual de bondadoso que su viejo padre. De él he recibido los más valiosos consejos, he tenido las pláticas más amenas, he compartido las horas de comida en las cuáles me ha enseñado incluso a comer con los cubiertos, para mostrar clase y elegancia incluso al momento de alimentarme, me ha enseñado tanto de la vida. Es por eso que este viejo de corazón noble es mi máximo orgullo y modelo a seguir. Es el viejo sabio con el que vivo bajo el mismo techo, por fortuna.